Catedral de Siena

 

La catedral fue diseñada sobre la base de una estructura más antigua, y terminada entre 1215 y 1263 por Giovanni Pisano. Pertenece, por tanto, a la fase plena del estilo Gótico. Presenta planta de cruz latina con crucero, cúpula y un campanario.

La base de la cúpula es octogonal y sólo se hace circular por encima de las columnas de apoyo. La linterna que la corona fue añadida por el famoso arquitecto barroco Gian Lorenzo Bernini.

La naves se dividen mediante arcos de medio punto. El exterior e interior del templo aparecen decorados con un placado de mármol blanco y verdoso, formando unas características rayas o bandas horizontales. Blanco y negro son los colores simbólicos de Siena, tomados de los caballos blanco y negro de los fundadores legendarios de la ciudad: Senio y Asquio.

La fachada principal es una de las obras maestras del Gótico italiano. Se trata de una fachada-pantalla, en la que el diseño geométrico (gabletes triangulares inscritos en cuadrados, circunferencias perfectas de óculos y arquivoltas) aparece enmascarado por una fastuosa decoración en la que intervienen elementos arquitectónicos (pináculos y cresterías de complicado diseño), escultóricos y el toque de color que aportan los mosaicos, de excelente factura. Es de destacarse el uso de figuras geométricas frente a la preferente verticalidad de las catedrales del gótico francés.

En el frontón principal, de forma triangular puede verse una bella imagen de la Coronación de la Virgen, rodeada de un coro de ángeles. La Virgen está sentada en el mismo trono de Cristo, símbolo de María como madre, pero también como esposa, símbolo de la Iglesia.

En el interior, llama la atención el ritmo continuo que imponen las bandas alternas de mámoles blancos y oscuros, así como la compleja labor decorativa del pavimento, en el que se muestran diversas y variadas escenas religiosas y paganas con multitud de figuras y gran atención al detalle. Está realizado mediante una singular técnica que recuerda al mosaico, al opus sectile romano o a la taracea, pero que en sentido estricto no es ninguna de estas tres cosas.